Quería quedarme
Se esfumó. La prisa, digo. El tiempo pasaba igual, pero yo no quería estar de paso. Quería quedarme entre pecho y pecho, inspirando y expirando tiempo. Sin prisa. Sin agobios. No tenía coartada ante sus brazos y ella era la sospechosa número uno en hacerme palidecer de placer.
Columna Coco Lestan para MagLes Revista
El fiasco era no habérmela encontrado años antes, para aprender a amar despacio y a correr (me) deprisa. Una locura de noches continuas y de días tediosos esperando la noche. Sus gemidos eran mi luna llena; mi aullido de loba el pie de letra para el cambio de posición. Conducía por primera vez un coche de 6 marchas. Miraba por primera vez la Aurora Boreal. Ganaba por primera
vez la Lotería Naional del Placer. El tiempo, sin prisas. Y yo, entre sus pechos.
Era inquietante su amor porque ella era:
A) Una profesional
B) Una dama nocturna, de caros gustos y extensos modales
C) La más apasionante de mis amantes
Sí, lectoras audaces, todo tiene un coste. No sabía si debía, si podía, ni si estaba pagando por algo real…Y me acabé arruinando parando el tiempo para disfrutar un ratito más de ella. Salió caro el servicio porque se llevó trocitos de mi corazón con cada minuto de piel y gemidos.