Hace tiempo que no hablamos de esto y puede que sea una buena señal. Los tópicos se van disolviendo en una marea diversa llena de matices. Lo que antes era obvio ya no lo es tanto, es más, se podría decir que en muchas ocasiones se han dado la vuelta a las tornas. Llámalo feminismo, llámalo visibilización, llámalo empoderamiento o liberación de la mujer. Las lesbianas nunca hemos sido lo que otros han dicho que éramos porque jamás nos hemos ceñido únicamente al tópico. No somos “eso”, somos mucho más.
Camisa de cuadros
Creo que uno de los fuertes de estos últimos años es que nos hemos apropiado de aquello con lo que se nos caracterizaba para hacernos más fuertes, quitarle la connotación negativa y hasta crear códigos. Sí, llevamos camisas de cuadros, pero no todas. Sí, son lesbianas esas que llevan camisas de cuadros, pero tampoco todas. No, no es una prenda exclusiva, no es la marca a fuego ni el tatuaje numérico para que te reconozcan, es una simple prenda de vestir. Punto.
Conducimos camiones
Si esto fuese así te aseguro que ya estaría muy lejos recorriéndome el mundo. Es broma, sé que la gente no se piensa que tenemos el carné de camión debajo del brazo al nacer, pero por alguna razón los transportes motorizados se les ha asignado una connotación masculina y ¿qué puede haber más masculino que un enorme camión? Es ironía. Pues bien, por algún motivo alguien creyó en algún momento que asignarnos algo socialmente masculino nos iba a ofender. Sorry, pero creo que cualquier mujer independientemente de su orientación sexual tiene capacidades para conducir un camión. De nada.
Nos cortamos las uñas a conciencia
Pues mira, por aquí tampoco paso. Conozco muchas lesbianas (créeme que muchas son muchas) y entre ellas he visto una gran variedad de manicuras: desde las más cortas hasta las stiletto de gel. ¿Cuál es el problema entonces? Que la gente piensa que una orientación marca tu estética o viceversa. Y no.