Las relaciones lésbicas a distancia
Tal vez estés leyendo esto en la misma pantalla que la lees a ella. La rutina de siempre con su “buenos días, amor”, una foto antes de salir de casa, la llamada para saber qué tal la mañana, otra foto para darle envidia de lo que comes hoy, un “te echo de menos”, la llamada en Skype de la noche, “dulces sueños, cariño”. Todos los días hasta que alguna de las dos tenga un billete en la mano.
Por: Samara Martinez
Periodista y escritora| www.goyaredsummer.com
Las relaciones lésbicas a distancia son un campo de batalla mucho más inhóspito que las relaciones que no lo son. De hecho, ese campo se extiende por todos y cada uno de los kilómetros que os separan. Acostumbran a ser más complejas y, por supuesto, las claras perdedoras en cuanto a apuestas se refiere. Todos te animarán a seguir tus sentimientos, pero se guardarán un “te lo dije” si algo falla. Es más, ¿acaso no te lo pensaste antes de comenzar esta aventura? Puede ser difícil, pero en muchos casos vale la pena.
Nunca antes o sí
Ninguna relación es igual que otra, eso hay que tenerlo claro. Pero si pudiésemos hacer un segmento entre relaciones a distancia, sería entre estas dos clases: Nunca antes os habéis visto en persona u os conocéis pero os habéis tenido que separar.
Si nunca os habéis visto en persona, tenéis la relación más difícil de todas. No es que vuestra distancia sea mayor que la del resto, no, sino que vuestra relación se basa en una serie de idealizaciones que habéis ido adornando con el pseudo conocimiento mutuo. No, esto ni significa que ella te haya mentido o que tú hayas querido engañarla haciéndote pasar por alguien que no eres; nada más lejos. Significa que no habéis tenido la inmediatez y la espontaneidad del momento. Todo lo que habéis vivido ha sido digitalizado de una u otra manera, además de tener el margen de los mensajes escritos, que dejan espacio a la reflexión, al borrado, al reescrito y muestra de ambas la mejor y más trabajada parte de cada una de vosotras. Lo mejor que puedes hacer es verla para comprobar si esa persona y tú tenéis tanto en común como parece.
Por otro lado, puede que ya os conociéseis y tuviéseis la mejor de las historias de amor. La distancia le va a dar ese puntito dramarromántico sacado de DIsney que a muchas parejas les encanta. Después de enamoraros como colegialas, la vida, con toda la irónia de injusticia del mundo, os ha podido separar. Tras una reflexión exhaustiva, mantener la relación, aunque esta vez a distancia, es lo que más os compensa a ambas.
Está bien. Los primeros días serán insufribles: te has acostumbrado a su olor y a abrazarla por la noche, el armario está medio vacío, hacer el desayuno para una no merece la pena y echas de menos sus besos. Eres una total privilegiada si tienes medios para ver a tu novia cada poco tiempo. La distancia y las horas que pasas pensándola se pueden tornar en un momento épico de beso en la estación. La distancia, en pequeños tragos, une.
Sin embargo, no siempre se plantean las cosas en su justa medida. Si esos cortos intervalos de tiempo sin tu chica se convierten en una dura y larga temporada sin ella, pueden llegar los problemas. La rutina puede marcar vuestra comunicación y es que no es cómodo pasar del contacto a la comunicación digital. Ese pensamiento constante de intentar acortar distancias intentando comunicarse las 24h al día, puede marchitar lo vuestro. ¿Estando en la misma ciudad le preguntas cada hora qué hace? ¿Por qué a kilómetros sí? No tengas miedo, sé natural. Agobiar puede causar el efecto contrario. Lo ideal es que establezcáis límites y horarios, por ejemplo una llamada de Skype cada dos días. No os podéis contar nada cuando no ha pasado nada en esta última hora que no habláis, ¿no?
Después del camino
Nadie quiere quedarse en una relación a distancia eterna. Después de todo lo que habéis tenido que pasar, llega el momento en el que estéis juntas de nuevo y para el mayor tiempo posible. Si hay una ventaja clara en las relaciones a distancia, es la fortaleza que deja el paso del tiempo. La distancia es como un filtro que, una vez superado, casi te asegura una relación estable y duradera a prueba de enfados tontos. Cualquier cosa que os pueda pasar de ahora en adelante os parecerá una verdadera tontería comparado a los meses de soledad que habéis tenido que pasar o los conflictos que habéis tenido que resolver estando tan lejos. Ahora una mirada o un abrazo puede con todos los males del mundo. Sin ninguna duda, ¡disfrútalo! Te lo mereces.