Grandma es una comedia dramática estrenada en el Festival de Cine de Sundance en 2015 que puso a Lily Tomlin como protagonista después de 27 años sin cubrir un papel principal en cine. Elle (Lily Tomlin) rompe con su pareja Olivia (Judy Greer) cuando como por arte de magia su nieta se persona en su casa para pedirle dinero, una petición nada acertada después del momento de sufrimiento que sufría su abuela por la ruptura.
Sin que nada de eso llegue a ser un impedimento, Elle y su nieta Sage (Julia Garner) se adentran en una auténtica aventura en busca de antiguos amores y amistades que puedan prestarles la cantidad que necesitan para solucionar el problema. Entre la búsqueda afloran secretos del pasado que empiezan a desvelarse.
Si hay algo de especial en esta película es la visibilidad a mujeres lesbianas de avanzada edad. Si bien parece que no existan, les debemos mucho y merecen ser reconocidas. Gracias a ellas hoy damos los pasos agigantados que damos y somos reconocidas ante la ley como parejas lícitas y con pleno derecho. De hecho, la propia Lily Tomlin es lesbiana.
Antes de declarar abiertamente su homosexualidad -aunque ella declara que era un secreto a voces- Lily trabajó siempre en proyectos muy vinculados a la mujer, al feminismo y a la denominada “cultura gay”. Se casó con Jane Wagner, guionista, directora y productora estadounidense, y no tuvo hijos por decisión propia.
Actualmente es una de las caras más entrañables de Netflix protagonizando con Jane Fonda la comedia ‘Grace & Frankie’, donde se pone en la piel de una adinerada pero hippie divorciada.