En el sexo, consensuado, todo vale, por eso es primordial prevenir cualquier tipo de contagio por dos motivos fundamentales: el primero, por tu propia salud física; el segundo, por la no propagación de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Usar el preservativo es la manera eficiente de mantener relaciones sin ningún tipo de preocupación. ¡Sexo seguro, nena!
Hola, esto es un preservativo
Seguro que alguna vez has visto uno. Quien más y quien menos ha recibido alguna clase de educación sexual, ha tenido experiencias con hombres o le ha picado la curiosidad y ha abierto uno para terminar inflándolo después.
El preservativo es una barrera elástica de látex (los hay de vinilo para quien tenga alergia al látex, aunque son algo más caros) con forma fálica. Vienen lubricados en pequeños sobres individuales. Generalmente, como no solemos quedarnos embarazadas entre nosotras (a veces sí, luego te lo explico) se nos olvida que no solo sirve para retener el semen, sino que nos protege de numerosas infecciones y enfermedades. Un preservativo da mucho de sí, en serio.
Juguetitos enfundados
Usar algún tipo de juguete sexual es bastante común. Desde dildos, vibradores y un sinfín de cachivaches ultra modernos que hay ahora mismo en el mercado. Lo ideal es que, si tienes pareja, cada una tenga su juguete. Una vez establecida una relación monógama sería perfecto que os hicierais las pruebas para descartar toda la posibilidad de tener alguna ETS y no acabéis contagiándoos. Cuando comprobéis que estáis perfectas, podéis plantearos descartar el preservativo, pero hay algo que tenéis que tener en cuenta, y es que infecciones vaginales como la candidiasis (que no es grave)
es contagiosa y no es provocada por ningún virus, sino que es bacterial. Si alguna de vosotras presenta alguna infección de este tipo, tened cuidado hasta que la eliminéis.
Sin embargo, si eres de las que se ve con más de una chica y usáis lo tuyo ¡preservativo siempre!
El roce hace el cariño
Basándonos en la misma premisa anterior, si no tienes pareja estable, olvídate de ir restregándote por entrepiernas anónimas como si no te pudiese pasar nada. Evidentemente, hay solución para que puedas hacer lo que quieras sin correr riesgo. Ahí va un truquito: Corta el extremo del preservativo y uno de los laterales de modo que te quede un rectángulo de látex. De por sí ya venden sabanitas de látex para estas cosas, pero son difíciles de conseguir. Una vez lo tengas, úsala de barrera entre genital y genital. Lo sé, parece costoso y aburrido, pero de la que te estás librando… El papiloma humano es de lo más común y, créeme, no quieres tenerlo.
¡Por la boca muere el pez!
Para el sexo oral más de lo mismo. Si conozco alguien que usaba papel film para estos casos, creo que puedes poner una fina barrera de látex para evitarte problemas y evitar problemas a las demás. En nuestras manos queda erradicar con estas enfermedades intentando no propagarlas.
Si tu novia tiene pene
Por mucho que Hazte Oír diga lo contrario, hay mujeres con pene y puede que alguna de ellas sea tu novia, tu rollo o tu amiga con derecho. Creo que no es necesario advertirte que, a parte de todo lo mencionado con anterioridad, también existe la posibilidad de que tengas un embarazo no deseado. Dime, ¿te hace faltan más razones para usar el preservativo?