29 temporadas y más de 600 episodios. Sin duda, Los Simpson es la serie de animación más famosa y una de las más longevas de la historia. 25 premios Emmy, 24 premios Annie, un premio Peabody y la revista Time la calificó como la mejor serie del siglo XX. ¡Pero si hasta tienen una estrella en el paseo de la fama de Hollywood! La fiebre amarilla ha contagiado a todo el planeta -no en sentido literal-.
Ya que los guionistas aprovechan cualquier movimiento político o social para enriquecer los capítulos (nunca con carácter actual ya que tardan seis meses en crear cada uno de los episodios) se valieron del matrimonio homosexual sí o el matrimonio homosexual no en Estados Unidos para darle vida al capítulo 10 de la decimosexta temporada, There’s Something About Marrying (Casarse tiene algo, es España).
En este episodio Springfield, ciudad ficticia donde residen Los Simpson, está al borde de la ruina. En una reunión con el pueblo que el alcalde organiza para la búsqueda de soluciones, Lisa propone legalizar el matrimonio homosexual, a lo que el alcalde acepta. Tenemos que recordar que este episodio se emitió en 2005, cuando el matrimonio homosexual en Estados Unidos se legalizó en todo el país en 2015, diez años después.
Siguiendo con la trama del episodio, cientos de parejas homosexuales acudieron a Springfield a casarse, como es obvio. Dado que el reverendo Lovejoy se niega a oficiar bodas entre personas del mismo género, Homer decide convertirse en reverendo para cobrar 200 dólares por cada unión, construyendo en su garaje una capilla. Fue en este episodio cuando Patty, hermana mayor de Marge y gemela de Selma, sale oficialmente del armario para casarse con su novia Veronica. Finalmente la boda no se celebra ya que Veronica era un hombre travestido con intención de hacerse pasar por mujer para casarse con Patty. La gemela Bouvier se niega a casarse con él.
Podéis imaginar la controversia de este capítulo. Brent Bozell, presidente del Consejo de Padres de Televisión apuntó que es un programa visto por millones de niños y que no era necesario. Sin embargo, la comunidad LGBT de Estados Unidos aplaudió el episodio y lo calificó como “un rayo de luz”.