5 ocasiones en las que abanderaste la bifobia siendo lesbiana
La bifobia, como la bisexualidad, pasa desapercibida. La ninguneamos. Generalmente, la falta de visibilidad tiende a tornarse en desinformación haciendo que la sociedad especule sobre lo desconocido. Por eso es tan importante la normalización y la visibilización de todos los espectros sexuales.
Los bisexuales sufren de homofobia cuando se les conoce una pareja sentimental o sexual del mismo género, pero eso no les exime de la bifobia que se palpa en la sociedad y, más grave aún, dentro del colectivo. Aunque parezca increíble y a pesar de vivir una clara discriminación en un mundo por y para los cisgénero heterosexuales, las lesbianas hemos sido partícipes de engrosar esta bifobia en numerosas ocasiones. Si bien con comentarios nada malintencionados o con teorías ridículas sacadas del desconocimiento, hemos fomentado la discriminación a un colectivo que no lo tiene más fácil; mucho menos si nosotras tampoco les tendemos la mano.
“Yo no estaría con una bisexual”
Puedes llamarlo inseguridad o puedes llamarlo clasismo. Se ve que para muchas la “lesbiana pura” es fundamental a la hora de tener una relación. Los motivos pueden ser muchos, desde el miedo interiorizado de que una heterosexual te utilice como experimento personal o simplemente repulsión hacia una mujer que haya tenido contacto con los hombres -y vaya a tenerlo en un futuro-. Al margen, el nivel de celos que normalmente presentan las personas que hacen este tipo de comentarios es abrumador. Si bien creen que el hecho de que te pueda atraer ambos sexos es verídico, no significa que lo vayan a hacer todas y cada una de las personas con las que te cruces en la vida. Lesbianas del mundo, ¿acaso os gustan todas las mujeres del planeta?
“Decídete, no pueden gustarte los dos”
Puede que recuerdes frases como “no pueden gustarte las mujeres”. Porque sí, porque hay gente que haces sus propias cábalas, sus propios cálculos y se otorga el poder de decidir sobre la vida de otras personas o, al menos, poder para juzgarlas. La atracción por un género no excluye al resto. Hablando en términos binarios, nos han educado para pensar que el contrario de la mujer es el hombre (rosa o azul, ¿te suena?) y no es así. Así como han determinado dos polos opuestos, nos han obligado a elegir. Que eso lo haga una sociedad limitada y de mente estrecha es comprensible -aunque rechazable-, pero que lo haga un colectivo oprimido como es el de mujeres lesbianas es imperdonable. ¿Qué fue de ti cuando le restaron valor a tu orientación sexual? Predica con el ejemplo.
“Pero, ¿te gustan más las mujeres?”
¿Quieres más a papá o a mamá? Otra vez con las elecciones y las medidas. Qué superficial, sinceramente, valorar a las personas por su género y, más aún, agruparlas como si sus genitales fuesen una marca de ganadería. Mira, no. Ser bisexual es que te sientes atraída por ambos géneros, no tiene más misterio. Que las cualidades de un género te causen más inquietud que el del otro, es otro cantar. Además, en pleno siglo XXI donde los roles de género empiezan a diluirse y difuminarse en una sociedad cada vez menos cuadriculada, no tiene sentido la clasificación de quién más o quién menos.
“En el fondo eres lesbiana…
…y no quieres admitirlo”. Es cierto que hay un tránsito en el que se entremezcla lo socialmente preconcebido -la heterosexualidad- con lo que descubres con el paso del tiempo. Lo que “debes ser” se solapa con lo que eres y en numerosas ocasiones lo que comenzó con un “también me gustan las mujeres” era un “me gustan exclusivamente las mujeres”, pero eso no te da derecho a cuestionar la orientación de nadie. Las mujeres bisexuales existen, puedas entenderlo o no.
“En el fondo eres hetero…
…pero quieres probar”. No ponemos en duda que haya casos en los que se ha necesitado experimentar para averiguar y así desechar hipótesis. De hecho, también es la manera más fácil de eliminar prejuicios. Sin embargo, pensar que una mujer no pueda etiquetarse a sí misma de bisexual habiendo estado tan solo con hombres o con menos mujeres es un juicio que solo le corresponde a ella. La bisexualidad no tiene nada que ver con lo que tu consideres, sino con lo que la persona bisexual lo haga.