Los heteros también son personas
He tirado de mis propios recuerdos, les he plantado un espejo delante y he comprobado lo absurdas que quedan estas ideas cuando les das la vuelta. Estás a punto de adentrarte en un discurso rancio, casposo y banal. Avisada quedas.
Por: Samara Martínez
Periodista y escritora| @Sam_Prietova
Ana Botella lo dijo en su día: “Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas, y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas porque son componentes distintos”. Pues como lo que dice la ilustrísima ex alcaldesa de Madrid, será cierto. Si se suman dos mujeres dan dos mujeres, y si se suman una mujer y un hombre, nunca pueden dar dos mujeres porque son componentes distintos. Heterofobia la tuya, Ana, pero recuerda: los heterosexuales también son personas.
Aún así, desde el respeto, no logro entender qué pueden sentir los unos por los otros, pero claro, supongo que un día decidieron volverse heterosexuales. Una moda extendida contra la que no se puede luchar. Los ves por todas partes, como una plaga. Además, la mayoría de ellos no han estado nunca con alguien de su mismo sexo. ¿Cómo pueden saber entonces si no les gusta?
Está muy bien que amen a quien quieran. Lo respeto, pero no lo comparto. Que cada cual en su cama… pero, ¿ahí, en plena calle? Un poco de respeto para las que no tenemos su mismo estilo de vida, ¡qué menos! Esa propaganda que nos imponen yendo de la mano a todas partes y besándose en cada esquina. No, si eso se va quedando en nuestro subconsciente y llegará el día que lo veamos normal.
A parte, son promiscuos hasta decir basta. Uno con todas, una con todos… ¿Qué valores son esos? Ninguno. Y, hablando de valores, ¿qué eso de querer tener hijos? Las pobres criaturas se van a liar. ¿Papá o mamá? ¿En qué quedamos? Con tanto contraste de energías no van a poder tener un modelo a seguir. ¿Es que nadie piensa en los niños?
En el fondo no tengo nada en contra de los heterosexuales, yo misma tengo amigos heterosexuales. Son buena gente, me caen bien. Eso sí, cuando salimos, vamos a sitios de ambiente porque las discotecas hetero, bueno, ya sabes. Puede venir cualquier hombre a intentar ligar conmigo y me va a incomodar. Que corra el aire con esta gente.
El mundo al revés
Llegados a este punto, te habrá parecido ridículo pensar que alguien pueda tener este tipo de discurso de una manera consciente. Asociamos “normal” a “común”, como si lo menos común no fuese lícito.
Comparte este post a quien pueda incomodarse. Que se pongan en tus zapatos, en tus carnes. Que comprueben, de una vez, que ser inclusivo es la solución a un problema que nosotras no tenemos.
No te pierdas el cortometraje que te dejamos a continuación. ¿Qué pasaría si el mundo fuese al revés?