Hoy se estrena en España la esperada película Wonder Woman. Está en boca de todos gracias a la gran inversión que Warner le está haciendo a la primera película con una superheroína como protagonista en la gran pantalla. Amparada por la buena crítica, Wonder Woman deja espacio para las especulaciones y las hipótesis de sus fans, que se permiten el lujo de crear teorías sobre la aparición de Diana Prince a unas horas de encarnarse -digitalmente, claro- en las salas de cine.
Si Wonder Woman es bisexual o no, nos lo cuenta Greg Rucka y Gal Gadot, ya que en el film, que se enfoca principalmente en escenas bélicas de la Primera Guerra Mundial, nos deja una estela de romance con Steve Trevor como consta en los cómics.
“Nadie en DC dijo que Diana Prince tuviese que ser heterosexual”, comenta Greg. “Wonder Woman ama a la gente por sus corazones, claro que ha tenido experiencias con mujeres”, defiende Gal Gadot. “Si no se ve en esta película es porque no va sobre las experiencias de Diana como bisexual”, comenta la actriz. Que no se vea no significa que no exista, y de eso deberíamos saber mucho tras tanto tiempo invisibilizadas.
Rucka insiste en que la mítica isla griega y hogar de Diana, Temiscira, es representada como un paraíso diverso. “Entre toda esa diversidad se encuentra también la sexual”. Las dudas sobre la bisexualidad de Wonder Woman no tienen cabida para él. Aún así reitera que no se pueden sobreponer estas cuestiones a la buena escritura. Su deber es servir al personaje y a la historia.
Tendremos que esperar a una nueva entrega de Wonder Woman para que dé rienda suelta a su entrega amorosa. No todo van a ser batallas, ¿verdad, Diana?
Fuertes y libres
Nos ha costado unos años ver a princesas independientes, con espadas, arcos y escudos. Mujeres que, no solo se salven a ellas mismas, sino que comentan actos heroicos tan achacados a los hombres.
La sumisión la dejó de lado hace 22 años Lucy Lawless interpretando a ‘Xena, la princesa guerrera’; el mismo año Pocahontas abrió la brecha en la animación infantil. En 1998 llegó Mulán y ,varias princesas Disney que no le hacían justicia después, aterrizó la princesa Mérida en Brave. Al año siguiente, bajo el aplauso de un público que ya no hacía demanda a las mujeres indefensas y escasas de personalidad, Elsa, de Frozen, se coronó reina sin príncipe consorte. No sobra destacar lo que el público aclamó tras el éxito de su reino de hielo: que Elsa saliese del armario como lesbiana.
La determinación de estas protagonistas no solo se encuentra en el blandir de su espada o en la puntería con su arco. Que una mujer independiente sea protagonista de actos antes solo pensados para hombres, les hace coger las riendas de algo más importante que la historia que narran. El trasfondo de una mujer armada es el empoderamiento de una vida y de la vida de todas.
La sexualidad por norma es un tema tabú, destacablemente más si eres mujer. Se asume que los deseos sexuales o románticos se enfocan en un hombre, por ello la poca visibilización de las lesbianas y bisexuales a lo largo de la historia. Pero algo ha cambiado y es que el feminismo nos ha hecho (y lo que queda) un gran favor. La industria, que se habrá nutrido o no de la ola morada, nos da carta blanca. Sí, las mujeres tenemos, por derecho, la posibilidad de no amar un hombre si no lo sentimos así y, por obligación, respetar y explorar nuestra sexualidad. Dar por hecho que todos los personajes femeninos son heterosexuales es un error.