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Lo que no debes hacer tras haber salido con tu mejor amiga

1 de agosto de 2017 | Columnas
Salir con tu mejor amiga

El roce hace el cariño, ¡que nos lo digan a nosotras! Lo que había sido una amistad desinteresada, profunda, de esas en las que no se comparte sangre porque vuestros padres no tienen nada que ver pero a nivel espiritual sois almas gemelas, puede convertirse en un tórrido romance. Porque sí, porque os conocéis mejor que nadie, sabéis todas vuestras miserias y ya no os asusta nada; habéis compartido tantas veces cama que el único misterio que quedaba por resolver era si estaríais igual de a gusto ‘no durmiendo’. Total, que acabas saliendo con tu mejor amiga y pensando por qué no lo habíais hecho antes, si es perfecto. Por cosas del destino vuestra relación se estanca y se pudre como una ciénaga porque realmente estabais destinadas a eso, a ser amigas: hasta la médula, sí, pero amigas al fin y al cabo.
Todo se complica. No la quieres perder como amiga y no quieres tiranteces en vuestro círculo de amistades. Notas divisiones, malos rollos y te sientes como en tierra de nadie. No desesperes. El sentido común te guiará en este nueva etapa. Quién sabe, puede que salgáis beneficiadas de todo esto.

Quejarte de ella con los amigos

No te engañes, ella seguirá estando en tu presente, tal vez no como antes, pero compartís amigos. Tarde o temprano lo que hables hoy llegará a sus oídos. Si antes era una de tus personas favoritas en el mundo, ¿por qué ya no? La conocías bien y haya pasado lo que haya pasado, seguro que os pilló por sorpresa a ambas. De nada sirve echar en cara lo que no te ha gustado de ella en su inesperado rol de pareja, mucho menos ir difundiéndolo por ahí. Recuerda el dicho: “Lo que dice Marta de Sara, dice más de Marta que de Sara”. No seas cruel, no intentes culparla para quedar mejor. No es una competición. Al fin y al cabo os metisteis en esto juntas y probablemente haya sido una decepción para ambas.

Contar intimidades

Si antes no lo hacías, ¿por qué has de hacerlo ahora? Que hayas pasado la gruesa línea de la amistad al amor, no te da derecho a compartir con el resto del mundo las cosas que solo ella y tú sabíais. Es más, que haya sido tu mejor amiga tampoco te exime de culpa. Confianza entre vosotras, toda la del mundo pero, ¿con el resto? No te pases de lista, a ver si va a empezar ella a largar tus cosas por ahí…

Restregarle tus nuevos ligues

Una cosa es que hayáis quedado bien y hayáis vuelto a vuestra eterna y profunda amistad con una facilidad pasmosa, y otra muy distinta es pensar que se va a mostrar impasible si le vuelves a hablar de mujeres con tanta naturalidad. No dudamos que con el paso del tiempo todo se cura y puede que hasta vuestro escarceo se convierta en una divertida anécdota, pero así, de buenas a primeras, a NINGUNA chica le va a hacer gracia que le restriegues tu nueva novia. Orgullo, aunque algunas más que otras, todas tenemos.

“Cosas vuestras”

Todas las amigas tienen códigos o “cosas suyas”. Anécdotas, chistes, palabras secretas… cualquier cosa que excluya al resto como vulgares seres humanos mientras vosotras sois uña y carne. Probablemente durante vuestro noviazgo se haya dado más de una situación que amplíe vuestra extensa colección de cosas vuestras. Bien, olvídalas. Recordar lo bonito que fue está muy bien; anclarse al pasado, no. Mucho menos estar recordando hasta la eternidad que estuvisteis juntas y por eso no todo el mundo puede comprenderla. Sí, has sido una privilegiada, pero no te dediques a remover el pasado lo que os queda de vida juntas, que, si nos haces caso, será mucho tiempo.

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