Hablamos de viajes, de literatura, de mujeres, de miedo y de ella misma, la autora de más de cuarenta obras en castellano y catalán. Novelista, poeta y traductora entre algunos de sus cometidos, Flavia nos cuenta su visión de las cuestiones que se le plantean. “Sin miedo”, como anima a vivir, responde.
Por: Samara Martinez
Periodista y escritora| @Sam_Prietova
Buenos Aires la vio nacer y ha sido Barcelona quien la contempló mientras crecía y se licenciaba en Filología Hispánica. Su obra, que está recogida en varias antologías, ha sido traducida en Francia, Holanda, Brasil, Polonia, Alemania, Portugal, Italia y Estados Unidos. Tras esa faceta de escritora, que no es un disfraz profesional sino una vocación, se confecciona una pasión por la creación. La música, también, recae en la conversación como una de sus principales pasiones, sin olvidarse, tampoco, del mar abierto.
Amparada por el negro de fondo, Flavia vierte luz sobre algunas cuestiones sobre la literatura, la mujer, y su empoderamiento. “La literatura comercial reafirma el estado de poder”, dice. Y es que solo las obras que nazcan de la honestidad son capaces de elevarnos más allá. “La cultura, la educación, la sensibilidad, el pensamiento, la reflexión, la meditación… son un puente para superar prejuicios”, apunta, sin embargo, aclarando que cualquier acto que haga la mujer va a ser automáticamente minusvalorado por esta la sociedad que afirma enferma.
“Nada puede empoderar a la mujer; no en este estado heteropatriarcal. Somos las mujeres las que con cadenas de acciones nos empoderamos a nosotras mismas”. Discurso que contrasta con, quizás, la más emblemática de sus consignas, y es que “las mujeres no deberíamos tenerle miedo a nada”. Firme, apunta que “el miedo es una invención, porque es miedo al futuro, no al presente y nadie sabe lo que va a pasar”. Flavia, que además asegura llevar la libertad puesta, fue educada para no tener miedo porque “quien tiene miedo no respeta su esencia”.
Tampoco respeta su esencia quien se ve arrastrado por el deseo sexual. Su novela lésbica, Dame Placer, a la que recurre durante la entrevista, narra “una historia de carne”, recalca. “Cuando el deseo no va amparado de amor, te arrastra como una droga”, dice convencida.