Tienes que saber, antes que nada, que esta película ha sido dirigida, escrita, protagonizada y distribuida por mujeres: Todo por mujeres. Dicho esto, voy a descartar personalmente el argumento fácil para criticar las escenas en las que dos mujeres tienen sexo: “Se nota que está hecho por un tío”. Vamos a dejar claro que podemos ser tan poco pudorosas como un hombre. Bien, aclarado este punto, sí, hay sexo. Y sí, es explícito.
Jasmine (Natalie Krill) y Dalla (Erika Linder) son la encarnación de las miles de fantasías que se nos pasan por la cabeza tanto a las lesbianas como a las heterosexuales. Jasmine, femenina y estereotipada mujer perfecta con una rebeldía escondida y alimentada por el morbo de lo prohibido, se ve arrastrada por los deseos de su compañera en pantalla. Dallas, atractiva sin pretenderlo, segura y, como diría Kristen Stewart, “so gay, dude”, logra sucumbir a Jasmine, que está a punto de casarse con su también perfecto prometido.
La idea de que cualquier mujer en el mundo podría rendirse a nuestros encantos es algo con lo que, sea verdad o mentira, hemos alardeado seguramente más de una vez. Pero, ¿nos representa?
Pros
Hay dos cuestiones fundamentales a destacar en esta película. La primera es que es no disfraza el sexo entre mujeres como un acto simplemente anecdótico o puro e, incluso, virginal. A ver, no. Las mujeres podemos ser tan pasionales como los hombres. La actitud de sumisión e inocencia es algo totalmente inculcado. De todo hay en el mundo, pero os aseguro que no es un papel exclusivamente de mujeres. En Below Her Mouth el sexo es sexo, con toda la carga emocional que ello conlleva, pero sin ningún tipo de tapujos.
La segunda es que visibiliza y aprueba (porque ya está bien que las películas lésbicas acaben mal) la decisión de una mujer de cambiar, hablando en plata, de acera. Algo que ya hizo en su día Rosas Rojas (Imagine You and Me) pero sin la censura propia de hace 12 años -Piper Perabo, te amamos-.
Contra
A pesar de ser un film honesto y sin rodeos en cuanto lenguaje y acción, las protagonistas coronan ambos extremos: mujer heterosexual ultra femenina vs. mujer lesbiana masculina (spoiler: sale con un arnés puesto a sus citas. ¡PUESTO! ¡¿HOLA?!). Que no dudamos en ningún momento que representen a una parte de la sociedad pero, casualmente, siempre nos enfundan un rol masculino, como si así fuese mucho más lógico que la chica hetero en cuestión se vaya con la lesbiana. Ajá.
Si no has visto la película de April Muller te dejamos el tráiler para que vayas abriendo boca. Si ya la has visto, dale play de nuevo porque no hay quien se resista a Linder.