Beatriz Gimeno es la autora del libro Historia y análisis político del lesbianismo. Según explicó a Playground, “El lesbianismo político es aquel que no es vivido como una orientación sexual que venga dada, sino que se llega al mismo por cuestiones que tienen que ver con el convencimiento de que la implicación feminista con las mujeres tiene que ser total y alcanzar el plano afectivo y sexual”. O lo que es lo mismo, que el lesbianismo político es una decisión racional persiguiendo el feminismo en todos los niveles.
Este fenómeno, el del lesbianismo político, surgió en la década de los 70, en la segunda ola del feminismo. La opresión era aún mayor por lo que esta decisión era una iniciativa lógica para las feministas. Así como los hombres tenían mucho que perder a manos de otros hombres si se identificaban como gays, las mujeres eran las que no tenían nada que perder. Ser mujer era estar en los márgenes de una sociedad heteropatriarcal. Ser lesbiana era sobrepasar esos límites en pro a la resistencia.
Pero, ¿hemos de cambiar la palabra ‘orientación’ por la palabra ‘opción’? En los textos feministas de los 70 se hablaba de ‘opción’ a lo que luego se tornó en orientación en busca de vender la sexualidad como algo que viene dado. “Me gustaría que las mujeres entendiesen que la opción (la de tener una relación lésbica) está abierta”, apunta Gimeno. No es que todas las mujeres deban serlo, pero sí que sepan que pueden serlo y que es una opción tan válida como otra; invisibilizada, pero igual de lícita.
Entendemos, por el contexto en el que Beatriz Gimeno narra su experiencia, que es difícil dar tu intimidad a una persona que interfiere todo por lo que luchas cada día. Por una cuestión ideológica, si bien se podría llamar un acto de coherencia, puedes encontrar tu equilibrio como pareja con alguien que resume vuestra relación de igual a igual.
