No queremos tu aprobación
Generalmente, cuando damos constancia de nuestra orientación sexual o simplemente se intuye por la conversación: “Me voy de fin de semana con mi novia”, por ejemplo, saltan las alarmas de los heterosexuales y empieza lo que me gusta llamar ‘el comentario heterosexual innecesario’, que es un resultado de una mente arcaica parcialmente lavada con el jabón de lo políticamente correcto: “Ah, que eres lesbiana. No, si a mí me parece perfecto”, lo que traducido es algo así como “eres un bicho raro pero soy tan buena persona que no voy a excluirte y te tiendo los brazos de la sociedad para que te sientas integrada”. Vamos a ver, primero que nadie, repito NADIE, te ha pedido la aprobación de nada. Si te parece bien genial, si no, perfecto también. Básicamente es respeto lo que pedimos y nuestra orientación sexual no va a ser más o menos válida por el porcentaje de gente que lo apruebe. YA ES IGUAL DE VÁLIDA QUE CUALQUIER OTRA. En serio, pasa de la gente así.
No, no conocemos a todas las lesbianas
Resulta que la prima de la cuñada de tu compañera de trabajo es lesbiana. No vamos a negar que el mundo de las lesbianas es mucho más pequeño que el de las heterosexuales, básicamente porque hay menos (bueno).
Claro, claro que conocemos a muchas y que entre nosotras ha habido algún punto en común con forma de amantes de una noche, pero eso no significa que conozcamos a todas las lesbianas del país. No, no conozco a la prima de tu cuñada solo porque sea lesbiana. Es más, no me rodeo exclusivamente de lesbianas y mi vida no se centra en el ambiente de la ciudad. Es un tanto preocupante que piensen que nos juntamos entre nosotras como si fuésemos un rebaño ajeno al resto. Y con esta teoría…
...No nos metas en el mismo saco
“A mí las lesbianas me caen bien”. ¿Ah, sí? ¡No me digas! Todas, supongo, ¿no? Pues que suerte que le pongas cara, voz e historia a todas, porque de otra manera no me explico cómo podrían caerte bien las lesbianas. ¿Te piensas que me haces un favor por decir que te caen bien las lesbianas? Lo único que demuestras es tu capacidad para generalizar. “A mí los pelirrojos me caen muy bien”, es absurdo, ¿verdad? Primero porque una característica como el color del pelo así como la orientación sexual de alguien no es un rasgo de personalidad y segundo porque no, no conoces a todas las lesbianas del mundo así como yo no conozco a todos los pelirrojos del mundo.
Y créeme, hay auténticas capullas ahí fuera. Pero, eh, de los heteros no digo nada porque me caen muy bien todos.