Ya sabes que el padre de Kate es un respetado artesano de violines con un negocio familiar en Philadelphia, que su madre (la de Kate, no la se su padre) es ex bailarina de Broadway y que Kate, además, es prima de Gwyneth Paltrow. Lo que quizás no sepas es que la pequeña Moennig nunca sintió el deseo de actuar. Lejos de eso, lo que ella quería era ser portera de edificio. ¡Oh, Kate! ¡Qué hubiese sido de L si hubieses cumplido tu sueño!
Cuando Kate era una niña, disfrutaba de la compañía de los adultos. Sí, exactamente igual que Shane en The L Word. Bastante distante, Moennig creció siendo la rara entre sus compañeros de clase: “Era la niña flaca, delgaducha, y los niños de otros cursos se metían conmigo. En la secundaria también era la oveja negra porque no me gustaba estudiar y sentía que no encajaba del todo”.
Kate comenzó la universidad y con ello encontró su meta. “Quería irme de Philadelphia. Sabía que no iba a ser portera de ningún edificio y, o me hacía socia del negocio de violines de mi padre, o actuaba para salir de allí”, comenta. Se podría decir que gracias a sus ansias de huir, tuvimos a nuestra Shane. Pero no era la primera vez que actuaba, de hecho, ya de niña hizo su primera aparición en Dawson’s Creek. A partir de ahí, siguió en películas secundarias como The Shipping News.
En 2004 llegó The L Word: “Crecí en esa serie. Leisha Hailey (Alice) y Mia Kirshner (Jenny) hablamos sobre cómo L nos hizo ser conscientes de quiénes somos, cómo somos como mujer y lo que representamos. Además, cuando más nos conocemos a nosotros mismos, más cruda y auténtica es nuestra actuación”
Si Moennig se presentara de nuevo al casting de L, sin duda se presentaría para papel de Jenny: “Mia crea un personaje repleto de capas. Es complicada y eso no le suele gustar a la gente, pero no es un estereotipo. Admiro lo que hace Mia frente a la cámara”, afirma.
MÁS DE KATE
No todo es intenso en Kate. Resulta que la actriz es fan incondicional de Pérez Hilton. “Rebautizó a muchas estrellas de Hollywood”, nos cuenta sobre el irreverente bloggero. A Moennig le parece una persona con un sentido del humor perverso, pero no duda que le gusta ni un segundo. “Si me encontrase una foto mía en su blog con un comentario negativo, sería devastador”, añade.
“No te creas, también me muevo por otro tipo de cultura. Acabo de terminar la autobiografía de Anderson Cooper y me dejó totalmente alucinada”, añade Kate. Curiosamente, Cooper fue uno de los “Top 50 gays” de la revista Out, aunque nunca habló sobre su sexualidad, exactamente igual que Kate.
Son muchos los libros que han inspirado a Kate, sobre todo para viajar alrededor del mundo. “Me han inspirado a ir a otras partes del mundo como Indonesia y África. A parte, las novelas de Augusten Burrough tiene un gran sentido del humor. No diría que me han cambiado la vida, pero me encantan”.
Queda claro que Moennig es más de papel (y no solo por los guiones). Detesta la tecnología, “sobre todo cuando no funciona”. Entre los libros y las pantallas se queda con los libros “siempre y cuando no sean de autoayuda. Lo que te venden es de sentido común, aunque no niego que a veces necesitamos refugiarnos en ellos”. Eso sí, nunca se ha leído uno entero.
De la entrevista para DIVA por Lotte Jeffs