Hay mujeres que aún no conocen sus parámetros de placer. Una entrevista y un Satifyer después, pueden encontrarse todas las respuestas.
En todos los años que llevo interesándome a nivel teórico por el sexo había oído historias de mujeres que no contemplaban el orgasmo como traducción usual del placer e, incluso, de las que barajaban la posibilidad de nunca haber experimentado uno. Sinceramente, si te cuestionas haber tenido uno o no, es que no lo has tenido. El torrente de placer se siente, ¿no? Es inconfundible. No todo son iguales ni igual de intensos, pero todos se disfrazan de ola enérgica y atraviesan tu cuerpo para dejarlo sumido en un estado que roza lo espiritual y extracorpóreo, como si flotases. Cómo no, en mi curiosidad, encontré a una mujer que no estaba segura de haber sentido eso y, lo mejor de todo, es que jamás se lo había cuestionado. Daba por sentado que el placer era el que sentía en sus relaciones y que esas relaciones terminaban con el placer de su amante. Punto. Cómo no, tuve que proponerle un juego. “Te hago una entrevista y me respondes sinceramente, te doy un succionador de clítoris y me respondes a otra entrevista después de probarlo”. No pudo resistirse. Por privacidad, la llamaremos Clara.
Clara, ¿recuerdas la primera vez que tuviste tu primer contacto sexual?
Lo recuerdo perfectamente. Tenía 15 años, nunca había hablado de sexo ni había visto nada, solo oía las conversaciones de mis amigas hablando de chicos y de besos con lengua. Fue decepcionante, durante unas vacaciones. Para mí era un momento importante y él se dio media vuelta y se durmió. No pude compartir con nadie todo lo que estaba sintiendo.
¿Cómo definirías, según lo que has oído de otras personas, el orgasmo femenino?
Como algo que te quita la respiración. Algo anestésico. Algo que te hace flotar.
¿Cómo definirías, en tu propio cuerpo, el orgasmo?
No tengo el orgasmo bien definido. Nunca he sentido lo que las demás me dicen que sienten.
¿Por qué dudas de haber tenido o no un orgasmo?
Como te decía antes, la descripción de las demás mujeres no encaja con lo que yo siento. Mi cuerpo no vibra como ellas dicen, como si estuviese a otro nivel energético. Se queda con placer, pero con un placer que podría seguir.
¿Sientes que has llegado al límite del placer teniendo sexo o masturbándote?
Masturbándome creo que sí, no lo tengo claro. Pero creo que el estar en contacto con otra piel podría darme otra sensación. No lo sé.
En la masturbación, ¿cuándo acabas?
Cuando siento mis piernas temblar. ¿Hay más? (Ríe)
Como le prometí, le entregué un succionador de clítoris… Tenía tan buenas referencias sobre este juguete que solo quedaba comprobar si no solo funcionaba sobre mujeres que contemplan de manera clara su orgasmos, sino también en aquellas que no le han conseguido poner una sensación de placer extremo a la palabra.
¿Qué sientes con el succionador de clítoris? ¿En qué se diferencia con la estimulación con otro juguete o sin juguete alguno?
Bueno, estimula directamente el clítoris y no he tenido que hacer prácticamente nada. Desde luego está pensado para obtener mucho con muy poco esfuerzo.
Fisicamente, ¿has reaccionado distinto a tus masturbaciones anteriores?
Ha sido mucho más placentera. He superado la barrera que tenía y he podido seguir. Es un placer constante, podía seguir y seguir… Me he vuelto loca, la verdad.
¿Qué es lo que más te gusta del succionador de clítoris?
Los niveles de potencia me han ayudado a que el placer fuese en aumento. Yo misma pensaba “¿y si puedes un poco más”. Le daba a más potencia y, efectivamente, podía.
Sin duda alguna. Ahora sé qué tengo que sentir y, lo más importante, que puedo sentirlo. Ahora puedo decir que sí he tenido un orgasmo. He sentido el ciclón de energía por mi cuerpo y realmente he parado cuando no podía más. He comprobado mis límites gracias al succionador de clítoris.