Técnicamente no son lo mismo. Mientras que la bisexualidad se refiere a una orientación sexual en la que la persona se siente atraída por los dos géneros, la pansexualidad defiende una atracción hacia la persona independientemente de su género. Vamos a desglosar todo esto para entender a qué se refiere cada término y por qué está siendo tan polémico este debate.
El problema que presenta la bisexualidad es que sólo reconoce dos géneros: el femenino y masculino. Por ello defiende y perpetúa el binarismo, siendo cómplice de la exclusión o no reconocimiento del resto de géneros o el agénero. Sin embargo, se ha tachado la pansexualidad, que si reconoce el resto de géneros, como tránsfoba ya que asume una diferencia entre las personas cis y trans, cuando no hay diferencia alguna en cuanto a género (que recordamos que la identidad y la expresión de género no tiene nada que ver con el sexo).
Al margen, la pansexualidad parece camuflarse en un discurso adornado donde el asumir que, efectivamente, también te sientes atraída por tu mismo género, rechaza el género como vía de atracción romántica o sexual. ¿Omite entonces los géneros que incluye? ¿Es bífoba la pansexualidad? ¿Realmente la bisexualidad excluye a los géneros no binarios que la pansexualidad incluye?
Sabemos que un estudio realizado a 700 personas bisexuales en Estado Unidos dejó claro que la mitad de los individuos estudiados elegía otro tipo de etiquetas, alternativas a la de bisexual: queer, pansexual, amsexual, polisexual, byke o bifílico. Entonces, ¿cuál es el problema?
¿Debería una etiqueta absorber la otra? ¿Deberían abolirse las etiquetas? Déjanos un comentario con tu opinión sobre el tema. ¡Estaremos atentas!