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BOLLODRAMA, la definición legítima del conflicto

11 de abril de 2017 | MagTube

Si por algo somos conocidas las lesbianas, aparte de por el cliché de las tijeras, es por los dramas que nos montamos (o nos montan). Da igual cuál haya sido el desencadenante: una mirada, un like donde no debías o porque resulta ser la novia de la mejor amiga de la ex de la actual novia de tu vecina. Cualquier terreno es válido para montarnos la película. Si no sabes de lo que hablo, felicidades. Ahora coge palomitas y disfruta de la función:

¿Te ha quedado claro? Bollodrama es cualquier drama entre nosotras, con, desgraciadamente, el aditivo de ser dos mujeres. Somos más pasionales y todo es “más sentío”, como dice Marta. Es así, tenemos fama de correr demasiado en las relaciones. Si ya lo dice el chiste: “¿Qué se llevan las lesbianas a su segunda cita? Las maletas”. Pues eso. Entonces tenemos la capacidad de montanos unos circos que ni los del Sol. Y nunca mejor dicho, porque hacemos, literalmente, malabares para lidiar con según qué situaciones. ¿WhatsAppear mientras haces pantallazo de esa conversación para mandarle el bollodrama a la ex de la chica con la que hablas? No, no. Nunca. Pero, es que encima, hay categorías:

El bollodrama interminable

Aruka saca de el pozo de los bollodramas, que lo imagino como ese bolsillo de la mochila donde se enredan los auriculares sin que hagas absolutamente nada, el bollodrama interminable. Recuerda que el 21 de diciembre del 2012, el día que se “acababa” el mundo”, sí, desempolvó la agenda y llamó a su ex para quedar para tomar un café en el sitio donde se conocieron. Le dieron las seis, las siete, las ocho y las nueve (esto lo has leído cantando) y jamás apareció. ¿Por qué es interminable? Porque nunca supo nada más de ella. Si la espina sigue clavada por no tener explicación, el bollodrama nunca termina y se seguirá enredando en ese maldito bolsillo de la mochila.

Los bidramas

Bollodramas bisexuales, bisexdramas, bidramas… mira, si en fondo vas a acabar llorando igual, llámalo Tedy y al menos lo abrazas. Marta defiende que los dramas con chicas bisexuales suelen ser porque las lesbianas hacemos un drama con ellas. Queda en unanimidad de las tres que las bisexuales son menos dramáticas, pero que a su vez suele haber “un chico por en medio” que complica las cosas. Aruka también recuerda a una chica con la que se gustaba mutuamente, pero que al mismo tiempo había un chico con el que, claramente, no podía medir. Y esta anécdota nos lleva a….

La supuesta hetero

Este drama puede ser la más bella historia de amor o el peor de tus pesadillas. “La supuesta hetero” es aquella bisexual que dice no serlo porque ella es “mucho muy hetero hasta la médula”, PERO LE GUSTAS TÚ, oye. O sea, en todo el océano de hombres macho cabríos en el que nada se ha encontrado con una corriente de agua fría (que eres tú) en la que se siente especialmente cómoda. Ella va a seguir nadando por todo el océano, pero de vez en cuando se refresca y punto. Ya lo dice Sara, las fases de la supuesta hetero son:

  1. Me lio con esta tía. (Y me gusta).
  2. Me follo a un tío, o a tres. (Porque tengo que reivindicarme a mí misma lo hetero que soy).
  3. Me vuelvo a liar con ella. (Porque me sigue gustando).
  4. Me vuelvo a follar a un tío. (Que no, que soy súper hetero).

Concluye que es un problema social, porque es mucho más fácil identificarte como heterosexual que ser integrante de una minoría. ¡Ay, prejuicios!

Llegadas a este punto os dejamos el vídeo de estas preciosas damas. También puedes aprovechar a contarnos tu experiencia con los bollodramas, no dudamos que estará a la altura.

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