La Asamblea Nacional francesa ha aprobado, por fin, con 331 votos a favor y 225 en contra el matrimonio gay y la adopción para parejas del mismo sexo.
Después de su ratificación en el Senado este mismo mes, el texto de ley impulsado por el gobierno socialista de François Hollande, con mayoría en ambas cámaras, reconoce el denominado «matrimonio para todos» y los «derechos para todas las familias». Francia se convierte así en el decimocuarto país del mundo y en el noveno europeo que legaliza el matrimonio homosexual, tras los recientes casos de Uruguay y Nueva Zelanda.
La votación en la Cámara baja fue precedida de un intenso debate que duró casi 140 horas, e incluso no estuvo exenta de un incidente previo: el presidente de la Asamblea acalló los gritos que se escucharon desde la tribuna de invitados, se impidió el despliegue de una pancarta e invitó a los alborotadores a que se fuesen del hemiciclo y los calificó de «enemigos de la democracia».
A pesar de que en las encuestas la mayoría de la población francesa se declaró en principio a favor del matrimonio homosexual, en los últimos meses la crispación social ha ido en aumento entre los partidarios y los detractores a medida que el proyecto de ley iba superando obstáculos legislativos, y, sobre todo, con respecto a la adopción para las parejas homosexuales. En particular, la ministra de Justicia francesa, Christiane Taubira, ha afirmado que esta ley amplía derechos ciudadanos, acaba con la discriminación y regulariza la situación de unos 200 000 niños que son hijos naturales de uno de los cónyuges de estas parejas.
La oleada de protestas contrarias al matrimonio homosexual protagonizada por diversos grupos católicos, conservadores y de extrema derecha en las últimas semanas ha mostrado el recrudecimiento de la homofobia en Francia. De hecho, ACT UP y otras asociaciones LGBT han denunciado que los actos violentos homófobos se han incrementado en un 30 %. En este clima de intolerancia, el pasado 19 de abril una pareja de gais fue agredida en París cuando volvían a su casa. Wilfred de Bruijn, uno de los miembros de la pareja y holandés de 38 años, colgó más tarde en Facebook una foto que presenta «la cara de la homofobia».
Con todo, gracias a la histórica aprobación de la Asamblea Nacional, los gais y las lesbianas franceses podrán casarse legalmente a partir de junio. No obstante, la presión ejercida por los grupos opositores no cesa: el partido conservador UMP (Unión por un Movimiento Popular) ha presentado un recurso a la ley de matrimonio homosexual ante el Constitucional, mientras las celebraciones por tan feliz acontecimiento rivalizaban con las manifestaciones de los colectivos opuestos a la igualdad de derechos para las personas.