Hace poco fue el día de la visibilidad lésbica y el próximo mes se celebrará el Orgullo LGTB+en gran parte de mundo. Volveremos a tener que escuchar los típicos, y poco originales, comentarios: “¿Por qué hay un día de la visibilidad lésbica?”, “¿Para cuándo el día del orgullo heterosexual?” El orgullo se celebra por numerosas razones que no nos cansamos de repetir. Una de ellas, porque a estas alturas las nuevas generaciones ya tendrían que crecer libres de prejuicios. Actualmente, lamentamos decirte que nada más lejos de la realidad.
Recuerdo cuando mis sobrinas explicaban a sus compañeros y compañeras de clase que mi mujer y yo íbamos a ser madres. Les decían que era imposible, que no podíamos ser dos madres. Lo que mis sobrinas no podían entender era cómo los demás no lo veían tan claro como lo veían ellas. Las niñas y los niños son reflejos de su educación y sus vivencias. Hay muchas personas que hoy en día “respetan” la homosexualidad – y a veces parece que hay que darles las gracias… ¡no! ¡No les debemos nada! Eso me daría para otro largo texto…- pero son incapaces de hablarles a sus hijos e hijas de ello, de que formamos familias, de que nos casamos, de que ellas y ellos pueden enamorarse quien les haga sentir… Y esto parece que cuesta cambiarlo. Por eso la visibilidad es tan importante, porque sin referentes, sin ejemplos, sin dar visibilidad al colectivo LGTB+ y a las familias que forman, no podrá haber un futuro donde se normalice algo tan natural como el amor y sus consecuencias, como la familia, independientemente de quienes sean sus miembros. Imagina, con un poco de suerte serán los pequeños quienes eduquen a los adultos, como mis sobrinas.
Por todo esto existe una clara necesidad de visibilizar, no solo a las lesbianas como parte de una orientación sexual no normativa, sino todo lo que conlleva, como las familias homoparentales. Porque hay una rica diversidad de familias, tantas como personas hay en el mundo.