Olvidar a tu ex es más fácil de lo que parece
Se ha acabado y duele. Es tan lógico como que el agua moja o que ninguna máscara de pestañas es realmente waterproof. Ahora lo estás comprobando siendo un mar de lágrimas. Olvidar a tu ex siempre va a ser una ardua tarea. El apego puede convertirse en tu peor enemigo en momentos como estos, pero tarde o temprano se irá el dolor. Contra el apego, el tiempo.
Por: Samara Martinez
Periodista y escritora| @Sam_Prietova
No hay que ser una experta en relaciones para pararse a pensar en qué acciones pueden serte útiles para olvidarla, pero a menudo la teoría no es suficiente para ponerlas en práctica. Aún así no sobra que te recordemos las pautas que sabes que tienes que cumplir.
Resuelve tus cuestiones
Olvidar a tu ex empieza por esto. Siempre hay un motivo. Que te ha dejado de querer también es un es uno aunque no sea la respuesta más deseada del mundo. Nadie deja a nadie por nada. Has de resolver esta duda si quieres seguir adelante o te preguntarás el porqué hasta la saciedad, y nadie quiere saciarse de pensamientos negativos. Pide sinceridad y si tienes la suerte de encontrarla, afronta el bache con dignidad. Nadie es perfecto, ella y tú tampoco. No la culpabilices sea cual sea la causa de la ruptura, al fin y al cabo habéis llegado hasta ahí juntas y, si la relación ha sido sana, la razón de la ruptura no se ha podido evitar por ninguna de las dos partes. El curso de las relaciones tienen un fin.
Nada de contacto
Es de cajón de madera de pino. Eso de “podemos ser amigas” es una utopía si no dejas tiempo y espacio de por medio. Y con tiempo nos referimos a meses, no a estar una semana aguantándote las ganas de llamarla. Nada de ojear su perfil en las redes sociales, de escribirle con dos copas de más (¡JAMÁS!) ni preguntar por ella. Tendréis amigos en común y la tentación de tirar de esas personas para saber de ella será monumental. Pero mira, para monumento tú. Cabeza bien alta, no la necesitas o al menos empieza por fingir que no lo haces.
Adiós zona de confort
La vida va más allá de lo que has hecho hasta ahora. Quedarte con tu rutina diaria, la misma que tenías con ella, acentuará que la eches en falta.
Sin embargo, si empiezas a hacer planes que jamás hubieses hecho con ella, no habrá nada que echar de menos. Ella jamás hizo puenting contigo, ni fue a una cata de vinos ni se apuntó a danza africana. En el nuevo escenario no hay sitio para ella.
Tiempo para ti
Ahora te sobra tiempo por todos los lados, claro. El tiempo que antes invertías en ella ahora lo ocupa comerte una tarrina de helado de chocolate mientras escuchas baladas de desamor y dudas entre verte El Último Suspiro o Loving Annabelle. Cuando pases ese momento duelo que todo el mundo ha de pasar, echa un vistazo a todo aquello que siempre quisiste hacer por y para ti. Lee a los clásicos, ve a la peluquería a hacerte ese corte que siempre quisiste o tatúate (su nombre no, claro). Date baños de espuma, ve al cine sola, cocina para ti y pon la cubertería buena. Mímate y quiérete, te lo mereces.
Un clavo no saca otro clavo
Si por un segundo has pensado en sustituirla en a la primera de cambio, ¡ERROR! Lo único que vas a conseguir es hacer daño a otra persona porque no va a salir bien. Compararás cada gesto, cada palabra y cada momento con tu ex. No vas a olvidarla antes y además le harás perder el tiempo a alguien que ha depositado esperanzas en ti. Un poco injusto, ¿no te parece?
Acepta y deja ir
La vida se compone de ciclos que, como todo en esta vida, acaban. Antes de olvidar a tu ex, atesora todos los momentos buenos vividos y todo lo aprendido, te servirá para el futuro. Agradece todo eso, acepta que esa etapa ha de cerrarse y déjalo ir. Dicho así suena muy fácil e incluso un discurso barato, pero dejar de atormentarse es fundamental para salir a flote de nuevo. Quién sabe, puede que el cerrar de esta puerta se deba a que te espera algo mucho mejor.