En mi obligación de respetable redactora de Hay una lesbiana en mi sopa (HULEMS) -lo de respetable es un poco cuestionable, pero bueno- un feliz día decidí suscribirme a las alertas de Google de la palabra ‘lesbiana’. Para las que no estén familiarizadas con este servicio, consiste básicamente en que cada vez que algún artículo que contiene esa palabra se cuelga en internet, a mí me llega un mail. ¿Cada vez? Cada vez. Todas. Sin excepción. Y lo que en un principio debía ser útil, llenarme de información de interés (¡oh! esta actriz ha salido del armario, ¡oh! esta película tengo que verla), ahora es una experiencia cercana al terror.
Y no es porque sean ejemplos de homofobia / estupidez humana (que los hay, y muchos), sino porque los proyectos de lesbiana tienen muchas preguntas en la cabeza, y necesitan alguien que les aclare las ideas urgentemente. Veamos, por ejemplo, el caso absolutamente verídico de Mariana, una joven que cree que es lesbiana porque “ultimamente le han entrado ganas de besar una vagina”. Increíble pero cierto. Por otra parte, Kamy despliega su sabiduría y le aconseja a otra joven confusa que “No eres lesbiana hasta que no beses una mujer te masturbes o tengas relaciones con una de ellas”. Aunque no queda claro si la masturbación “conversora” ha de ser en privado o con otra chica. Y como estos que os doy, hay miles de ejemplos. Las preguntas de Yahoo están repletas de cuestiones, de mujeres (y hombres) altamente confundidos con lo que significa ser lesbiana o tener una orientación sexual alejada de la heteronormalidad.
De todos modos, me quejo por quejarme, porque con estas alertas estoy aprendiendo cosas que ni siquiera se me hubieran pasado por mi inocente cabecita. “¿Existen ninfòmanas lesbianas?”, se pregunta nuestro amigo Doroteo, preocupado por que no puedan conseguir los mismos beneficios que las ninfómanas heterosexuales. Y Edna, que se describe como “androfóbica” y dice que le asquean las caricias masculinas (no así las de las mujeres, que las disfruta), quiere saber si eso la convierte en lesbiana. Pues… supongo que depende del grado de disfrute que experimente con las caricias femeninas, pero vaya, que hetero hetero no veo a Edna.
Lo que más me llama la atención de todo este asunto es la falta de introspección del personal. O sea, tú no sabes si eres lesbiana o no (lo cual es muy lícito, todas en mayor o menor medida hemos pasado por ese momento), pero estás convencida de que internet, como ente, o lo que es lo mismo, una persona del otro lado del mundo que no te conoce DE NADA, te lo va a aclarar. Y lo preguntas, lo cual está bien si te sientes perdida. Pero lo que realmente preocupa es la magnitud de los consejos que nos encontramos y las pociones mágicas que se ofrecen a lo largo y ancho del universo web.
¿Cuál es la respuesta a todo esto? ¿Deberíamos poner el grito en el cielo? ¿Hacer, quizá, un ejercicio de introspección y plantearnos por qué, exactamente, hay ese preocupante desconocimiento de lo que implica ser lesbiana? ¿No está acaso llegando nuestro mensaje? Pues no lo sé. Es posible que sí quede mucho por hacer para acabar con este desconocimiento generalizado. Pero a una le dan ganas de organizar un pequeño ejército de personas que respondan cada vez que alguien hace una de estas preguntas, para al menos desviarlas a publicaciones en donde encontrarán una respuesta más acertada. Leer para conocer. De entrada se me ocurre Magles. También HULEMS. O la web del Cogam. Por el bien de Edna, Doroteo, Kamy y Mariana, pero también por el nuestro. ¿O soy yo la única que está cansada de encontrarse con tanta sandez cada vez que alguien habla de una lesbiana?
Marca
Hay Una Lesbiana En Mi Sopa (HULEMS) nació como un punto de encuentro para mujeres lesbianas y bisexuales con inquietudes culturales. Aquí hablamos de televisión, música, libros, películas, documentales, entrevistas, deportes, estilo de vida, gastronomía, opinión y casi cualquier cosa que se nos pase por la cabeza, siempre desde un punto de vista ameno, divertido y sin complejos.