Antes me llamaban Víctor
La orientación del deseo y la identidad de género son cuestiones muy distintas, que en ocasiones, bien por desconocimiento o por miedo, se mezclan y desvirtúan. Y es entendiendo vivencias como las de nuestra protagonista, Vika como podemos comprender que orientación e identidad son independientes. Una cosa es lo que me atrae y otra, muy distinta, cómo me siento. Lo que me atrae no determina cómo siento mi cuerpo, ni cómo sea mi cuerpo me lleva a desear a un sexo concreto.
¿Qué es lo que más te molesta que te pregunten?
¿Por qué si te gustan las mujeres quieres cambiarte de sexo? La gente no entiende que si me gustan las mujeres tenga la necesidad de hacer la reasignación de género. No comprenden que quiera poner en concordancia mi cuerpo con el sexo con el que me identifico. Creen que si mi físico corresponde al de un hombre y me gustan las mujeres ya está, no es necesario modificar nada; pero no tienen en cuenta que yo me siento una mujer y quiero verme como tal. Y otra cosa muy distinta es que quiera a una mujer como pareja. Lo que suelo responder es que la orientación sexual es algo muy distinto a cómo sientes tu cuerpo y lo que te gusta hacer. Me gusta mucho el heavy metal, el deporte y los juegos de roll y esto, como que choca.
¿Cuándo te diste cuenta que no eras un hombre?
A los 8 años. Con esa edad sentía que no encajaba e intentaba negar algo, que si bien no entendía, estaba muy presente. Con dos hermanas en casa tenía la sensación de que era algo malo, sucio… Hasta que maduras un poco y descubres que hay personas diferentes y tú eres una de ellas.
¿Cómo ha sido tu proceso?
En un principio, un poco por libre. Investigué por internet y empecé a hormonarme por mi cuenta. Hasta que el 12 de septiembre, fecha que me he tatuado, comencé en la Unidad de Identidad de Género de Valladolid. Antes de llegar allí fui al médico de Familia para que alguien controlase lo que tomaba y de ahí me derivaron a la endocrina donde descubrí que existía una unidad específica. Que había luz al final del túnel.
Antes decías que te has tatuado la fecha en la que comenzaste la reasignación. ¿Tienes más tatuajes? ¿Todos tienen un significado importante para ti?
Sí, tengo 6. Mi futuro nombre y el espejo de Venus en la muñeca izquierda, por la mujer que siempre me he sentido. Un loto morado en el hombro, es mi color favorito y la mitología Hindú me encanta y es la flora nacional de la India. La fecha de mi “renacimiento” como me gusta llamarlo. El nombre de mi primera sobrina en la espalda porque su nacimiento significa mucho para mí. Y la flor de Lis en honor de la primera mujer General de un ejército, Juana De Arco.
¿Por qué Vika?
Quería tener un nombre original, pero sin olvidar que nací Víctor. El nombre es parte de lo que somos y no quería olvidar mi pasado. Victoria con C me recordaba demasiado a mi anterior nombre como hombre, así que decidí utilizar la versión de Europa del este en la que se escribe con K y el diminutivo es Vika.
¿Cómo lleva tu familia el proceso?
Para mi familia ha sido y sigue siendo difícil. Hay muchas cosas que ellos no entienden. Mis padres están viviendo el duelo de perder un hijo, aunque a cambio ganen una hija. Mis dos hermanas siempre me han dado a entender que era un hijo muy buscado después de dos chicas. Es muy complicado para mi familia que “su niño” no se identifique como tal.
¿Cómo te enfrentas a tu imagen?
No me gustaba mucho verme en fotos antiguas. A día de hoy no tengo ningún problema. Cada día me siento más cómoda con mi imagen y me gusto más. Lo peor han sido las fotos de las celebraciones familiares, en las que no me siento muy identificada con el aspecto que reflejo. Por otro lado, siempre he tenido la sensación de que me tenía que reprimir a la hora de vestir, así que ahora los leggings, los tacones y el maquillaje marcado son mi seña de identidad. Me gusta ir con un aspecto bohemio, no me corto a la hora de mezclar colores o estampados. No tuve adolescencia para cometer errores de vestuario, así que ahora me los permito.
¿Cómo es tu día a día en Valladolid?
Hay días que son muy duros y en los que me siento muy sola; pero afortunadamente tengo dos personas a mi lado, dos amigos, que me apoyan incondicionalmente y me ayudan a superar los malos momentos. Este es un camino en el que la soledad está a tu lado constantemente.
¿Cuándo fuiste consciente de que te gustaban las chicas?
En la adolescencia.
¿Cómo ha sido tu vida amorosa?
Digamos que más que amor, lo que he encontrado es llenar mis carencias afectivas. Siempre he querido tener muestras de cariño y afecto con alguien ajeno que entendiese mi situación. Y eso lo que he encontrado en el lugar menos pensado; pero el amor aún está perdido en algún lugar.
¿Actualmente tienes pareja?
No.
¿Cómo son las muje-res que te gustan?
Me gustan las mujeres atléticas, un pelín butch; pero con un fondo sensible. Vamos, que el día de mañana quiero una Shane en mi vida.
¿Te has sentido rechazada de alguna manera por parte del mundo lésbico?
Rechazada no, pues por el ambiente solo he salido por Bilbao y Barcelona y hay tolerancia para todos. Aunque para algunos lugares dentro del ambiente las trans lesbianas no existen y si vamos a ellos es porque acompañamos a alguna amiga bi o les.
¿Qué dirías a otras personas en tu situación?
Que no es el fin del mundo, somos pocas, pero existimos.
Entrevista publicada en MagLes #18 (págs. 14-17)