Cuando la sombra de los celos aparece en tu relación es una mala noticia. El riesgo de que tu pareja se rompa es real y no hace falta que haya involucrada una mujer ajena a vosotras. Hoy te damos algunas pistas para que aprendas a gestionar los celos y entenderlos mejor.
Los celos en la pareja
Es un paquete de emociones, sentimientos y conductas que aparecen cuando crees que tu relación de pareja está amenazada por otra persona, con o sin razón. Los celos aparecen con el -falso- objetivo de preservar la relación. Lo habitual es que tomes alguna acción para hacer que tu pareja deje de hacer lo que esté amenazando la relación: que deje de ver a una ex o a una amiga cañón, de viajar con frecuencia con una compañera de trabajo, de salir por las noches sin ti…
Aparecen los celos, ¿por qué?
Se han hecho investigaciones científicas para intentar entenderlos, aunque no se ha llegado a una conclusión clara. Para algunos, los celos serían algo natural, asociado a nuestra biología y destinado a preservar a la pareja y a asegurar la propia descendencia. En cambio, otros creen que los celos no son sentimientos innatos y que tienen que ver con el sentido de posesión, al igual que uno posee un coche, una casa o cualquier otro objeto preciado. Como sabemos, las personas no somos de nadie. Quizás debamos desechar ese sentimiento posesivo, ¿verdad?
Dos tipos de celos
Los psicólogos dicen que hay dos tipos, los que no tienen fundamento y los que se basan en una situación real. También podemos diferenciar entre los celos de los niños, resultado de la competencia entre hermanos por los cuidados de la madre, y los celos sexuales, que aparecen en una pareja afectiva o sexual. ¿Qué diferencia hay entre celos y envidia? En los primeros, temes perder algo que posees, en la segunda, deseas poseer algo que no tienes.
La cabeza de la celosa
¿Cómo se cocinan los celos sin fundamento? El sentimiento de inseguridad personal, de ser inadecuada o insuficiente, es la pieza clave. La monogamia excesiva, dar demasiada importancia a la fidelidad, también favorece los celos. Algunos psicólogos defienden que quitar importancia a los escarceos sexuales ocasionales es una buena forma de liberarse de los celos. También es cierto que puedes responderte a estas preguntas: ¿Merece la pena estar exigiendo una exclusividad que no nace innata? ¿Quiero alguien a mi lado atado en corto o quiero que sea libre y le nazca estar conmigo? Aunque los celos sean por motivos comprobables (que sabes a ciencia cierta que está con alguien más), ¿crees que la solución es esa? No.
Cómo gestionar los celos
Lo primero es darte cuenta de si los celos proceden de una situación real o imaginada. Si tu modelo de relación es la monogamia y tu chica está teniendo otras relaciones, es lógico sentirte celosa. En ese caso lo sensato es hablar con ella, con toda la tranquilidad de la que seas capaz, y aclarar qué está ocurriendo, por qué y si necesitáis revisar vuestro acuerdo de fidelidad en la relación.
Ante los celos imaginados o sin fundamento, lo mejor es que no traspases tu angustia a tu pareja ni trates de presionarla. Nada de indirectas, ironías ni escenas de celos: vuestra relación podría romperse no por culpa de las infidelidades, sino de tus propios celos.
Sí, puedes investigar su móvil o su ordenador, pero ¿va a ser así vuestra relación siempre? Porque nunca tendrás suficientes indicios de que ella te es fiel. Y lo que es peor es que vas a vivir en una angustia infinita y constante. Es en su origen, en ti, en quien debes trabajar lo celos.
Ya hay personas defendiendo modelos de relación abiertos. Tal vez sea un cambio muy brusco para las que hemos estado viviendo toda la vida en la monogamia. Pero sí que puede ayudarte a desdramatizar un poco el hecho de que tu pareja podría estar con otras personas. Psicólogos como Rafael Santandreu y grupos como Golfxs con principios defienden estas alternativas.
Si eres celosa, sabrás lo mal que se pasa. Sólo por eso, vale la pena intentar solucionar, o al menos mitigar, el problema. Trabajar tu seguridad personal y volverte más realista, dejar de dramatizar las infidelidades, e intentar cortar de raíz el romanticismo excesivo puede ayudarte. Si sola no puedes, busca ayuda.