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Salir del armario con los padres

22 de noviembre de 2017 | Columnas
salir del armario con los padres

Que la heterosexualidad se nos impone por defecto, es un hecho. Esto no solo es que no nos represente, sino que implica el ritual que probablemente sea un punto de inflexión en la vida: salir del armario. Lo sabemos, no debería ser así. Bastaría con asumir que no tienes por qué ser heterosexual, que nuestra pareja podría ser de cualquier género sin darle preferencia al normativo, pero hoy por hoy no se da el caso, al menos en la mayoría de familias. Por ello, has de pasar la barrera.
El problema viene cuando tus padres no ven con buenos ojos las orientaciones sexuales que no sea la heterosexualidad más absoluta. Antes de lanzarte a la aventura, por mucho que quieras quitarte ese peso de encima de una vez aunque duela, mantén la cabeza fría un segundo y reflexiona para que pase lo que pase, nada te pille por sorpresa.
A las malas reacciones por parte de tus padres hay que añadirle comprensión. Sí, comprensión, pero por tu parte. “Ojo por ojo y el mundo quedará ciego”, que decía Gandhi. Que ellos monten en cólera no significa que tú debas hacer lo mismo. Muéstrate como la parte racional de la conversación. A sus discursos moralistas: calma. A sus gritos: calma. A sus amenazas: calma. ¿Te has parado a pensar el por qué de su mala reacción? Para que tus padres pongan el grito en el cielo han debido ser educados en el más absoluto rechazo hacia lo que se sale del redil. No, no es culpa suya. Algunas creencias religiosas y pseudo teorías impulsadas por cierta masa social, adoctrinan en lo que ellos consideran lo correcto, pero con absolutismos no llegamos a nada. Ten esto en cuenta; ármate de paciencia.
Tampoco se debería argumentar absolutamente nada. Argumentar el amor o directamente una conclusión tan íntima como es la atracción por otra persona (no hablo de decisión porque a estas alturas sabrás que la orientación sexual ni se decide ni se elige) es absurdo.

Serás su hija pero tienes una vida propia e individual -jamás entenderemos el “mientras vivas bajo mi techo” como amenaza que intenta cambiar el deseo sexual de alguien-. Sin embargo, una dosis de realidad no les vendría nada mal. Si alguna vez has de justificarte ante alguien, que sea en este momento. Aquí tienes algunos datos que podrán ayudarte:

  • Desde la década de los 70’s el campo de la psiquiatría y de la psicología han determinado que la homosexualidad no es ninguna enfermedad ni desviación. ¿Hacemos que tus padres descarten ya que estás enferma? Además, el 17 de mayo de 1990 la OMS eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales.
  • Al margen de los humanos, más de 1500 especies del reino reino animal experimentan la homosexualidad en alguno de sus miembros. ¿Que no es natural? ¡Ja!
  • 45 niños criados por heterosexuales y 45 niños criados por lesbianas fueron analizados en su vida cotidiana teniendo resultados similares salvo que los niños criados por dos madres tenían mejores calificaciones en el colegio. Otros estudios afirman que los niños criados por dos madres o dos padres son menos propensos a caer en actividades delictivas. Si te dicen que no podrás tener una familia es una mentira como una casa. Y a título personal creo que un niño criado por una familia socialmente desventajada, hará de él una persona mucho más empática. Repito: a título personal.

Sinceramente, esperamos que estos consejos te ayuden en esta breve pero intensa aventura. ¿Ya has salido del armario con tus padres? Cuéntanos en comentarios cómo lo hiciste y cómo te fue.

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